Uno de los involucrados en la investigación en torno a inversiones del narco mexicano en Dubái y Chipre, es un sinaloense que fue asesinado a balazos en 2012 cuando circulaba con dos de sus guardaespaldas por el Malecón Nuevo a la altura de la colonia Chapultepec. Esta es la historia.
Ciudad de México.- Leopoldo Ochoa Juárez era originario de la sindicatura de Tepuche, y fue allí donde empezó “vendiendo quesos” de niño en la comunidad de Palos Blancos, como relata uno de sus corridos, El Pluma Blanca, interpertado por la agrupación Triple Norte, y murió asesinado a tiros el 8 de diciembre de 2012 cuando circulaba en una lujosa camioneta por el bulevar Diego Valadés Ríos, a la altura de la colonia Chapultepec.
Tras el crimen, de acuerdo con fuentes de seguridad, personas allegadas a Polo Ochoa ofrecieron cerca de 50 millones de dólares por la cabeza de los autores materiales e intelectuales de su asesinato.
En ese tiempo Ochoa Juárez fue identificado por la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado (PGEJ) como “empresario del ramo de la construcción y dedicado a la ganadería”, pero este martes el diario El Universal reveló que además era socio de otros narcos mexicanos que fundaron sus empresas en Dubái y Chipre, paraísos en donde los multimillonarios internacionales que se han enriquecido con capital criminal, han encontrado refugio a sus inversiones millonarias, evadiendo los controles de lavado internacional.
De acuerdo con los documentos a los que tuvo acceso el diario citado, Polo Ochoa aparece como accionista en tres de las 7 empresas que crearon los empresarios jalisciences Hassein Eduardo Figueroa Gómez y su padre Ezio Benjamín Figueroa Vázquez, quienes fueron sancionados por el Departamento del Tesoro como presuntos lavadores de activos. Ezio Benjamín fue detenido en México en 2011 y actualmente fue extraditado y permanece encarcelado en Estados Unidos. Su hijo Hassein Eduardo permanece prófugo y con una orden de localización y búsqueda.
Padre e hijo, según la investigación periodística, fueron acusados por el Departamento de Justicia de EU de traficar toneladas de precursores químicos de Euroa y África para introducirlas a México con la intención de fabricar metanfetamina. Además, son señalados de lavados de activos del crimen organizado.
Polo Ochoa, de acuerdo con el informe Sandcastles-Tracing Sanctions Evasion Through Dubai`s Luxury Real Estate Market, de la firma privada Centro para Estudios Avanzados de Defensa (C4ADS), era accionista en las compañías Erognas Trading Ltd., Forcata Holdings, Ltd., y Río Timto Ldt., las cuales tiene su sede en Chipre. Las otras cuatro empresas están ubicadas en la capital de Emiratos Árabes y algunas de ellas todavía están activas y otras ya no presentan actividad comercial.
Entre las propiedades identificadas a los socios de Polo Ochoa figuran lujosos departamentos en la “perla del Golfo Pérsico”.
Los corridos ya lo contaban
De ahí que los corridos apologéticos que cantan Gerardo Ortiz y Triple Norte dedicados a Polo Ochoa cuentan la historia de un traficante que era socio de Ismael Zambada García y Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, y que fue asesinado en Culiacán.
Los reportes sobre el asesinato de Ochoa Juárez señalan que sucedió el 8 de diciembre del 2012 cuando circulaba en una camioneta GMC Sierra color blanco. Iba acompañado de Ramón Aispuro Heredia y detrás los seguía en una camioneta Cherokee José Leonardo Gurrola Quiroz, a la sazón los dos guardaespaldas de Polo.
Pero la “matapolicías” que portaba José Leonardo no sirvió ante el comando integrado por cuatro camionetas Tacoma que los interceptó justo por el bulevar Diego Valadés y calle Francisco Márquez, antes del puente Hidalgo de la avenida Álvaro Obregón, en la colonia Chapultepec.
Las ráfagas de “cuerno de chivo” y fusiles AR-15 tronaron en el malecón nuevo. Las unidades recibieron decenas de tiros. Tras el triple crimen, la PGJE señaló que Polo tenía su domicilio en el residencial Colinas de San Miguel y Aispuro Heredia era vecino de la colonia Vicente Guerrero. Sobre el pistolero de Polo, solo se mencionó que era originario de Tijuana y de oficio albañil.
Después de su muerte, Gerardo Ortiz narró en su corrido que se “paseaba en un yate, por todo el Mediterráneo”, y hablana con Juan Ignacio (Esparragoza, hijo de El Azul) eran las buenas pisteadas y arrancones, así como retrata el gusto por los caballos en la Feria de Zapopan.
“Un avión privado, del Medio Oriente llegaba, cerrando los tratos con los príncipes de Arabia”, quizá en referencia a los negocios que hacía en aquellos países y que ahora se dan a conocer.
En cambio, el corrido de El Pluma Blanca habla de sus socios rusos, chinos y colombianos, y que se le podía ver por todos los países.
Sobre la investigación realizada por los Estados Unidos, solo Ezio Benajmín Figueroa Vázquez es el único encarcelado. Su hijo sigue prófugo y otro de sus socios de nombre Rodrigo Romero Mena, el cual también tiene una empresa en Canadá, también aparece en libertad. El informe publicado sobre estos mexicanos que invirtieron en Dubái y otros países también habla sobre otros magnates que se han enriquecido con dinero proveniente del crimen y que realizan inversiones en estos puntos del planeta.
Dubái ha sido desde años un destino favorito para narcos mexicanos, cuando fue detenido en Amsterdam José Rodrigo Aréchiga Gamboa, acusado de operar para el cártel de Sinaloa, se descubrió que realizó varios viajes aparentemente de turismo al capital del Medio Oriente, lo mismo que otros personajes del hampa en Sinaloa, que exhiben sus fotografías en las redes sociales en las dunas del desierto.
Polo Ochoa (Gerardo Ortiz)
Con buenos negocios
Siempre tuvo buena suerte,
Gano la confianza
Y el respeto de los jefes,
Siempre fue influyente
Brazo fuerte y eficiente
Pa’ la empresa,
Les presento a Polo Ochoa,
Su muerte deberás pesa…
Paseaba en un yate
Por todo el mediterráneo,
Con mi compa Cesar
Y también con Juan Ignacio,
Buenas las pisteadas
Arrancones
de mis gustos los caballos,
Y en la feria de Zapopan,
Fueron 7 años ganados…
Un avión privado
Del medio oriente llegaba,
Cerrando los tratos
Con los príncipes de arabia,
No había límites
ni restricciones
Donde quiera conectaba,
Las pastillas de efedrina,
Y cuadros de colombiana.
Montando un buen cuaco
Y escuchando la tambora,
Siempre bien alegre
Se miraba Polo Ochoa,
Lo extraña su gente
Allá en la Perla
Y en Culiacán, Sinaloa,
Allá en el malecón viejo,
Donde pase a hacer historia