Si alguien manchó el nombre del país ante el mundo, esa fue Griselda Blanco. Se le atribuye ser la primera narcotraficante en abrir las rutas para el tráfico de drogas de Colombia a Miami y haber sido la precursora de la industria criminal del sicariato.
Nació el 15 de febrero de 1943 en Medellín, se crió en las comunas y empezó su vida criminal con robos de carteras. Algunos dicen que después de un tiempo conoció a un hombre que se dedicaba a enviar inmigrantes ilegales a Estados Unidos y fue esa la forma en que Griselda se adentró en el bajo mundo e ideó las rutas por las que llegaría la coca a Miami en los años de 1980.
Para mediados de 1972 se impresionó por el estilo de la película El Padrino, tanto que llamó a su hijo Michael Corleone como el hijo de Vito en la película, también bautizó a su perro ‘Hitler’. Después de eso y ya con la fama de ser una de las mayores narcotraficantes colombianas, Griselda Blanco se hacía llamar ‘La Madrina’.
Levantó un imperio criminal que según las autoridades americanas, llegó a transportar 3.400 libras de coca mensuales a Estados Unidos y empleaba a más de 1.500 delincuentes en el país. Griselda llamó la atención de las autoridades después de regresar a Colombia desde Miami, cuando aterrizó su avioneta, y, como si fuera la caravana presidencial, la recogieron limusinas y camionetas escoltas.
Según se cuenta, cuando Griselda Blanco y su esposo llegaron a la casa, la mujer de 80 kilos, cabello rizado y baja estatura, empuñó un revolver y le descargó el tambor en la cara al que era su esposo Alberto Bravo. Por ese hecho se le empezó a llamar la ‘viuda negra’ y para hacerle honor a su alias, asesinó a otros dos de sus amantes.
Después de Bravo, Griselda inició una relación con Darío Sepúlveda, el padre de Michael Corleone. Tan parecida la Madrina al Padrino de Mario Puzo, quería que su hijo dejara de estudiar para aprender el negocio de la madre. Sepúlveda no estaba de acuerdo y decidió devolverse a Colombia para asegurar a su hijo, mala elección, según se cuenta en un reportaje de la revista Semana, Griselda Blanco ordenó un operativo inmenso para asesinarlo. Cuando Sepúlveda se sintió acorralado, corrió y fue baleado por la espalda.
De sangre fría y conciencia indeleble era Griselda Blanco. Jesús ‘Chucho’ Castro se ganó el odio de la viuda negra por, supuestamente, patear a Michael. Blanco no soportó el oprobio y ordenó que asesinaran a ‘Chucho’. Cuando los sicarios lo encontraron, el hombre se encontraba conduciendo y su hijo Jhonny, de dos años de edad se encontraba dentro del carro. La mala puntería de los asesinos resultó en un disparo al bebé y el escape de ‘Chucho’.
Según contó a las autoridades uno de los matones de Blanco, cuando le contaron el resultado de la operación a la Madrina, ella sentenció, “estoy contenta, ya estamos a mano”.
Las autoridades americanas encontraron la vinculación de Griselda con 250 asesinatos. Pero un escándalo sexual en la corte estadounidense, entre los asesoras del fiscal y el principal testigo de la investigación, desestimó las pruebas. Solo pudo ser condenada después por 4 asesinatos, entre ellos el del menor.
Después de 20 años en las cárceles que Pablo Escobar se negó a habitar, Griselda Blanco regresó al país a mediados de 2004, tan pronto como pisó tierra colombiana desapareció. Tenía tantos enemigos que una sola salida pública podría condenarla a la pena que la Corte de Florida le excusó y que la vida se negaba a cobrarle a sus ya 69 años. Eso fue lo que pasó el 3 de septiembre de 2012, cuando dos sicarios en moto le descargaron un arma a la salida de un carnicería en Medellín.
Nació el 15 de febrero de 1943 en Medellín, se crió en las comunas y empezó su vida criminal con robos de carteras. Algunos dicen que después de un tiempo conoció a un hombre que se dedicaba a enviar inmigrantes ilegales a Estados Unidos y fue esa la forma en que Griselda se adentró en el bajo mundo e ideó las rutas por las que llegaría la coca a Miami en los años de 1980.
Para mediados de 1972 se impresionó por el estilo de la película El Padrino, tanto que llamó a su hijo Michael Corleone como el hijo de Vito en la película, también bautizó a su perro ‘Hitler’. Después de eso y ya con la fama de ser una de las mayores narcotraficantes colombianas, Griselda Blanco se hacía llamar ‘La Madrina’.
Levantó un imperio criminal que según las autoridades americanas, llegó a transportar 3.400 libras de coca mensuales a Estados Unidos y empleaba a más de 1.500 delincuentes en el país. Griselda llamó la atención de las autoridades después de regresar a Colombia desde Miami, cuando aterrizó su avioneta, y, como si fuera la caravana presidencial, la recogieron limusinas y camionetas escoltas.
Según se cuenta, cuando Griselda Blanco y su esposo llegaron a la casa, la mujer de 80 kilos, cabello rizado y baja estatura, empuñó un revolver y le descargó el tambor en la cara al que era su esposo Alberto Bravo. Por ese hecho se le empezó a llamar la ‘viuda negra’ y para hacerle honor a su alias, asesinó a otros dos de sus amantes.
Después de Bravo, Griselda inició una relación con Darío Sepúlveda, el padre de Michael Corleone. Tan parecida la Madrina al Padrino de Mario Puzo, quería que su hijo dejara de estudiar para aprender el negocio de la madre. Sepúlveda no estaba de acuerdo y decidió devolverse a Colombia para asegurar a su hijo, mala elección, según se cuenta en un reportaje de la revista Semana, Griselda Blanco ordenó un operativo inmenso para asesinarlo. Cuando Sepúlveda se sintió acorralado, corrió y fue baleado por la espalda.
De sangre fría y conciencia indeleble era Griselda Blanco. Jesús ‘Chucho’ Castro se ganó el odio de la viuda negra por, supuestamente, patear a Michael. Blanco no soportó el oprobio y ordenó que asesinaran a ‘Chucho’. Cuando los sicarios lo encontraron, el hombre se encontraba conduciendo y su hijo Jhonny, de dos años de edad se encontraba dentro del carro. La mala puntería de los asesinos resultó en un disparo al bebé y el escape de ‘Chucho’.
Según contó a las autoridades uno de los matones de Blanco, cuando le contaron el resultado de la operación a la Madrina, ella sentenció, “estoy contenta, ya estamos a mano”.
Las autoridades americanas encontraron la vinculación de Griselda con 250 asesinatos. Pero un escándalo sexual en la corte estadounidense, entre los asesoras del fiscal y el principal testigo de la investigación, desestimó las pruebas. Solo pudo ser condenada después por 4 asesinatos, entre ellos el del menor.
Después de 20 años en las cárceles que Pablo Escobar se negó a habitar, Griselda Blanco regresó al país a mediados de 2004, tan pronto como pisó tierra colombiana desapareció. Tenía tantos enemigos que una sola salida pública podría condenarla a la pena que la Corte de Florida le excusó y que la vida se negaba a cobrarle a sus ya 69 años. Eso fue lo que pasó el 3 de septiembre de 2012, cuando dos sicarios en moto le descargaron un arma a la salida de un carnicería en Medellín.